Piratería en el Caribe

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Bandera pirata del siglo XIX (museo Marítimo de Åland)

La piratería en el Caribe fue la práctica de la piratería en el mar Caribe, el golfo de México y la costa atlántica de la península de Florida en los siglos xvi al XVIII.

El periodo de mayor auge fue de 1640 a 1680. Los principales objetivos fueron la devastación y saqueo de poblaciones costeras y el asedio al comercio marítimo del Imperio Español Hispanoamericano, como continuación de las guerras libradas en Europa. Durante el siglo XVII, a medida que las potencias europeas establecieron colonias en la zona, cesó su tolerancia y respaldo a la piratería, cuyos máximos exponentes llegaron a contar con flotas con decenas de barcos para los ataques más ambiciosos. Estos convivían con bandas menores dedicadas al pillaje indiscriminado y contrabando de personas (esclavitud) y cosas. Considerados como héroes en sus países de origen y como criminales por sus víctimas, primero españolas e hispanoamericanas, y después inglesas, francesas y neerlandesas, actualmente los lugares relacionados con los piratas son recursos turísticos.[1][2]

Las bases de la piratería caribeña se encontraban, principalmente, en las colonias inglesas de Port Royal (actual Jamaica) y Nassau (islas Bahamas), y en la colonia francesa isla de la Tortuga (actual Haití).[3][4]

Sus elementos característicos fueron fijados en el libro de aventuras La isla del Tesoro (1883). Además, el pirata del Caribe es un personaje de la cultura popular que ha dado lugar a piratas de ficción como el capitán Garfio (1904) o el capitán Jack Sparrow (2003).[5]

Historia[editar]

Siglo XVI: intentos de desgate al Imperio Español, Francis Drake y John Hawkins y bucaneros franceses[editar]

Principales ruta comerciales del Imperio Español. Se pueden observar los ejes Veracruz-La Habana, Portobelo-Cartagena de Indias, Cartagena de Indias-La Habana, así como las rutas La Habana-Sevilla hacia el este y el oeste.

A principios del siglo XVI las naciones europeas se rebelaron contra el monopolio hispano luso sobre América, el Nuevo Mundo, establecido en el Tratado de Tordesillas (1494). Esto resultó en exploraciones sucesivos intentos de colonización por parte de Francia, Países Bajos e Inglaterra. Además de establecerse en zonas fuera de la influencia hispano-lusa, realizaron intentos por la fuerza para anexionase territorios bajo soberanía de España y Portugal, especialmente en el el mar Caribe español, que estos países denominaban Indias Occidentales.

Mapa de América Central, Caribe, golfo de México y península de Florida

La colosal logística marítima para el comercio en Hispanoamérica y los trayectos transatlánticos a España se organizó a partir de 1522 mediante la Flota de Indias o del Tesoro, un convoy militar de la Armada que escoltaba a las naves comerciales hacia y desde España. Los puertos monopolísticos eran Cartagena de Indias en el Reino de Tierra Firme (actual Colombia) y Veracruz en el Virreinato de Nueva España (actual México). Tanto el viaje a América desde España como el tornaviaje, el regreso al puerto de Sevilla en España, realizaba una escala en La Habana en la Capitanía General de Cuba (actual Cuba), punto de encuentro de las rutas de Veracruz y Cartagena de Indias. Además de estos puertos monopolísticos, también existían en el caribe los puertos de Portobelo, Chagres, Santiago, Maracaibo y Santo Domingo.

El ataque a los territorios de soberanía española y el comercio en Hispanoamérica se produjo desde varios frentes. Sumados a los los corsarios con patente de corso, las compañías privilegiadas y las propias armadas de Francia, Inglaterra y Países Bajos, los piratas desarrollaron sus actividades violentas con mayor o menor grado de profesionalización, independencia o éxito.

En 1530 bucaneros franceses se establecieron en el oeste de isla de La Española, dando origen a la colonia francesa de Saint Domingue. Aunque su actividad inicial fue la caza, ahumado y comercio de productos ahumados, a principios del siglo XVII se organizaron para el comercio de productos de contrabando.

El objetivo de los piratas más capaces era el tornaviaje de la Flota de Indias. Partiendo de La Habana la Flota navegaba entre la península de Florida y el archipiélago de las Lucayas para enfilar la ruta marcada por los vientos del oeste para regresar a las costas atlánticas de España en Europa. También era presa mayor la Flota de los Galeones que navegaba desde Cartagena de Indias a La Habana a través del canal de Yucatán (entre México y Cuba).

En 1568 daba comienzo la guerra de los Ochenta Años entre España y Francia, Países Bajos e Inglaterra, con repercusión y campañas militares en América sobre todo en el siglo XVII. Desde finales del siglo XVI hasta los años sesenta, el aumento del movimiento en el mar Caribe se debió esencialmente a empresas inglesas y holandesas.[6][7]

En 1598 la Paz de Vervins entre España y Francia contenía una clausula secreta que permitió continuar la guerra marítima entre ambas naciones, pero sólo al oeste de las islas Azores, con la fatal consecuencia del inicio de la era de la piratería francesa en el mar Caribe español.

Siglo XVII: edad de oro de la piratería y prohibición en la Jamaica inglesa y Tortuga francesa[editar]

En 1609 la Tregua de los Doce Años firmada entre España y las Provincias Unidas de Países Bajos facilitaron las exploraciones y colonizaciones fueron encomendadas generalmente a empresas privilegiadas con concesiones monopolísticas para el comercio con su metrópoli como la Compañía Neerlandesa de las Indias Occidentales (1621). Además, el apoyo a la navegación e incursiones se respaldó oficialmente con obras como Mare Liberum (1609) del protestante Hugo Grocio frente al mare clausum hispano-luso.[8]​ En la batalla de San Martín (1633), librada durante la guerra de los Treinta Años, España destruyó la base pirata neerlandesa de la isla San Martín (actuales San Martín francés y San Martín holandés). En 1670 Charles Town en isla de Nueva Providencia (actual Nasáu, Bahamas) comenzó a emplearse como base pirata para el ataque a la Flota de Indias española. En 1684 la Armada española arrasó Charles Town, que fue refundada en 1695 como Nasáu.

En 1620 se fundó la francesa Cofradía de los Hermanos de la Costa en la isla de la Tortuga, que comprendía a bucaneros, piratas en general y baymen dedicados a la tala y comercio ilegal de palo de Campeche en La Baliza (actual Belice). En 1626 el pirata francés Pierre Belain d'Esnambuc fue el primero en apresar esclavos procedentes del comercio triangular para su venta en territorio francés, en este caso en el San Cristóbal francés. Fue expulsado de San Cristóbal en la expedición de Fadrique de Toledo de 1629. Además D'Esnambuc ocupó Martinica en 1635 y fue reconocido con el nombramiento de Gobernador General de las Antillas Francesas. En 1640 se edificó en el fuerte de la Roche en Basse Terre (Tortuga). De 1678 data la crónica Histoire d'avanturiers qui se sont signalez dans les Indes de Alexandre Olivier Exquemelin.[10]

En cuanto a la inestabilidad bélica entre las potencias europeas, que marcaba los apoyos a la piratería en el Caribe, terminada la guerra de los Ochenta Años en 1648, en 1651 las Actas de Navegación, las leyes del comercio monopolístico de Inglaterra dieron lugar a la guerra anglo-holandesa. Además, las naciones europeas se enfrentaban sucesivamente en guerras como la guerra franco-neerlandesa, con la batalla de Tobago (1677).

A partir del segundo tercio del siglo XVII las colonias inglesas, francesas y neerlandesas comenzaron a establecerse con la base del cultivo de azúcar, pero también otros cultivos como el tabaco, con mano de obra esclava procedente del comercio triangular. Los piratas establecidos en el Caribe participaron tanto del negocio de la producción de azúcar como del comercio de esclavos desde las colonias europeas el golfo de Guinea y el resto de la costa atlántica africana.[11]

En 1666 los franceses Olonés y Le Basque saquearon Maracaibo (Provincia de Venezuela, actual Venezuela) torturando y secuestrando a los vecinos.[12]

A medida que se extendía el dominio de las naciones enemigas de España en el Caribe, éstas dejaron de tolerar o promover la piratería. Por el Tratado de Madrid de 1670 España reconoció las colonias americanas de Inglaterra, e Inglaterra acordó dejar de respaldar la piratería y la expedición de patentes de corso. En 1674 Carlos  II de Inglaterra concedió el perdón Real a Henry Morgan, líder de los ataques a Maracaibo (Venezuela), Camaguey (Cuba), Chagres o Portobelo (Panamá). A cambio de su retiro de la piratería fue nombrado gobernador de la Jamaica inglesa. Como gobernador, puso fin a la piratería en Jamaica y se convirtió en el productor de azúcar más rico e influyente. La piratería inglesa se desplazó a los mares del Sur, la costa pacífica del virreinato de Perú, pero también se cambió de bando al servicio de Francia. Además, Inglaterra favoreció la reconversión de los piratas a Baymen, dedicados a la tala irracional y codiciosa del palo de tinte primero y de la caoba después en La Baliza (actual Belice).[13]

En 1677 el francés Michel de Grandmont saqueó Trujillo (Provincia de Venezuela, actual Venezuela). En 1683 las fuerzas combinadas del neerlandés Lorencillo (Laurens de Graaf) y el francés Michel de Grandmont atacaron el puerto de Veracruz (Nueva España, actual México), causando daños y donde la población sufrió pillaje, secuestros y violencia. [14]

La Tregua de Ratisbona de 1684 supuso que Luis XIV de Francia anulara las patentes de corso ofreciendo el retiro para quien abandonara la piratería. Charles François d'Angennes, marqués de Maintenon, quien había atacado isla Margarita, Cumaná (Venezuela) y Trinidad (Trinidad y Tobago) pasó a perseguir bucaneros por orden real para finalmente convertirse en el productor de azúcar más rico de Martinica (Francia).

El filibusterismo declinó, se aburguesó pero resucita durante la Guerra de la Liga de Augsburgo (1688-1697) y la Guerra de Sucesión de España (1701-1714 marcando la «edad de oro de la piratería»), los poderes marítimos de Inglaterra y las Provincias Unidas que deseaban evitar tanto la hegemonía francesa como la reconstitución del imperio de Carlos V.

Siglo XVIII: expulsión o reconversión y prohibición en las Bahamas inglesas.[editar]

De principios del siglo XVIII data el corso de Amaro Pargo, comerciante español quien hacía presas de navíos ingleses y neerlandeses a lo largo de la ruta de la Flota de Indias.[15]​ La expansión de los dominios de los imperios ingleses, franceses y neerlandeses con sus propias colonias en América supuso la reducción de las hostilidades por medio de corsarios y piratas contra España. Además, por primera estas naciones dejaron de tolerar o promover la piratería ilegal propiamente dicha. En estos países, ahora nuevas víctimas de la piratería, se encargaron obras como Historia general de los robos y asesinatos de los más famosos piratas (1724). El final de la guerra de Sucesión Española supuso la desmovilización de marinos de la Royal Navy que emprendieron el camino de la piratería en el Caribe. Una nueva edad de oro de la piratería se extendió de 1713 a 1722 con el lucrativo objetivo de las cargas de los barcos negreros procedentes de África, ya fueran de la Compañía Neerlandesa de las Indias Occidentales, de la Royal African Company o de comerciantes de esclavos privados.[16]​ De esta época data el gobierno de Bahamas otorgado al corsario Woodes Rogers que erradicó violentamente a los piratas de Bahamas al tiempo que ofrecía el perdón Real inglés.

La presión ejercida ahora contra la piratería supuso el desplazamiento de las organizaciones piratas hacia los objetivos de las rutas comerciales del Índico, golfo de Guinea (África occidental) y América del Norte.

Siglo XIX: últimos piratas contrabandistas[editar]

Ante la persecución de las potencias europeas, de EE.UU. y la independencia de las naciones americanas de Hispanoamérica, la piratería dejó de contar con los apoyos que garantizaran su seguridad y rentabilidad. Algunas de las últimas figuras de la piratería fueron los hermanos Pierre y Jean Laffite, el último bucanero, quienes establecieron una base en la bahía de Barataria (Luisiana, EE.UU.).[17]​ También en el ocaso de la piratería se encontró el puertorriqueño Roberto Cofresí y Ramírez de Arellano, con base en isla Mona (Puerto Rico, EE.UU.)

Contexto sociológico[editar]

El Corsario Negro de Emilio Salgari (1898) con referencias a El Olonés.

En los siglos XVII y XVIII, la condición del marinero fue la más dura. El trabajo era físicamente muy exigente, el espacio de vida muy pequeño y nauseabundo y la comida muy inadecuada. Los jóvenes que habían sido reclutados por la fuerza (lo que se llamó «la prensa», una especialidad británica) no habían elegido subir a bordo y soportar todas las dificultades que eso conllevaba. Se les aplicaba una disciplina de hierro, que incluía el castigo corporal y hasta la pena de muerte. La mayoría de las tripulaciones de piratas tenían una carrera de menos de un año, eran hombres que no tenían nada que perder, sabiendo que serían condenados a muerte en caso de captura, lo que los hacía particularmente formidables en el combate.

Estrategia[editar]

Bucaneros atacando un galeón español mucho más grande. Ilustración de Howard Pyle's Book of Pirates: Fiction, Fact & Fancy Concerning the Buccaneers & Marooners of the Spanish Main (1905)

En general, preferían embarcaciones pequeñas, ligeras, rápidas y maniobrables a galeones mercenarios pesados o naves militares fuertemente equipadas con cañones. El objetivo no era dañar el barco codiciado, los piratas enviaron pocas armas para el beneficio de un máximo de hombres con el fin de llevar a cabo ataques relámpago y desaparecer lo más rápido con el botín. Una estrategia famosa iba a tener un objetivo desprevenido: los piratas se acercaban a sus presas, haciéndose pasar por el mercaderes en peligro lo que mitigaba la desconfianza de la tripulación que se refiere capaz de acercarse sin miedo al fuego de los cañones. Una vez lo suficientemente cerca de la nave objetivo, izaban la bandera negra, amarraban a la presa para evitar que escapara y la sometían al abordaje. Arriesgando la vida en caso de captura, los piratas demostraron ser combatientes formidables. Por lo tanto, la sorpresa, el número y la capacidad formidable para luchar cerca de los piratas les permitió convertirse rápidamente en dueños de la nave abordada.

Además, los piratas pudieron armar verdaderos ejércitos y flotas para atacar ciudades poderosas como Cartagena (Cartagena de Indias en Colombia) donde los españoles almacenaban el oro del Nuevo Mundo durante un año. Así, L'Olonnais saqueó las ciudades de Maracaibo y Gibraltar.

Filibusteros[editar]

Mapa del tesoro de La isla del tesoro de Robert Louis Stevenson (1883)

En las tripulaciones piratas, el capitán era elegido y la tripulación podía votar su sustitución. El capitán debía ser un líder y un luchador: en un ataque, todos esperaban que luchara junto a sus hombres y que no diera órdenes a distancia. Las ganancias se dividían por igual, y si los oficiales recibían una parte más elevada de los botines, era porque eran más arriesgados o tenían habilidades especiales. Las tripulaciones a menudo navegaban sin paga, con capturas que se acumulaban durante los meses previos a la distribución. Durante algún tiempo habían desarrollado un sistema que garantizaba la compensación en dinero, oro o esclavos por las heridas recibidas durante una batalla. A veces sucedía que los piratas liberaban a los esclavos cuando capturaban un barco de esclavos porque, como forajidos, no podían ir a un puerto para revenderlos. Una parte no despreciable de las tripulaciones piratas consistía en esclavos liberados, huidos o más o menos alistados por la fuerza. Los piratas a veces forzaban a especialistas, como carpinteros, a navegar con ellos. Para los europeos de finales del siglo XVII, los filibusteros representaban la imagen de la aventura misma. Desesperados de todo tipo, aventureros sin fe o sin ley, pero que obedecían un código de honor propio, «los filibusteros eran los cazadores de los mares». Llevaban nombres evocadores y épicos, que aludían a su coraje y su valor y su ferocidad: Alexander, apodado el Brazo de Hierro; Pedro el Grande; Roche Brasileiro, apodado «el Brasileño» o «la Roca»; Daniel Monbars, llamado el exterminador, Henry Morgan, apodado «Morgan el Galés»; Capitán Mautauban; François l'Olonnais conocido como «el Cruel» o «el Olonés».[18]

Bucaneros[editar]

Bucanero del Caribe del Book of Pirates de ilustrado por Howard Pyle (1905)

Los primeros bucaneros fueron a menudo evadidos de las colonias. Originalmente coureurs des bois en la isla de La Española (actualmente Santo Domingo y Haití), cazaban bueyes salvajes. La carne se preparaba de forma nativa, es decir, secada y ahumada sobre una especie de parrilla de madera: la barbacoa (barbacoa en español, derivado de barbicoa en lengua indígena arawak,). De ahí los términos bucanero y bucanera. Esta carne conservada permitió el comercio con barcos de pasaje o en colonias aisladas. Después de ser expulsados de La Española por los españoles, los bucaneros encontraron refugio en la Isla de la Tortuga, en aquel momento posesión francesa, ubicada al noroeste de La Española, desde 1663. Operaban con el apoyo parcial de las colonias no españolas y su actividad permaneció legal o parcialmente legal hasta los años 1700.

Obligados a sobrevivir con pocos recursos, eran expertos en construcción naval, navegación y caza. Se los consideraba combatientes feroces y se sabía que eran expertos en el uso de fusiles de chispa (inventados en 1615). Sin embargo, el funcionamiento de estas armas era tan incierto que su uso en combate no era muy común antes de 1670. Se dedicaban a expediciones terrestres organizadas por piratas como Henry Morgan.

Reinaba una gran solidaridad entre ellos y las decisiones se tomaban conjuntamente para el beneficio de la comunidad. Esto es en parte el origen de las reglas democráticas vigentes a bordo de los barcos piratas.

A la manera de los bucaneros, las comunidades madereras se habían establecido en Honduras para serar y vender maderas preciosas en las narices de los españoles. Con los filibusteros, constituían la comunidad de «Hermanos de la Costa» y no Cofradía de los Hermanos de la Costa, como siempre se lee, no en los textos, sino en las novelas.[19]​ Fue fácil cambiar de una profesión a otra, lo que explica por qué el término bucanero es a menudo sinónimo de piratería.

Nota: La confusión también proviene del inglés, donde el término utilizado para referirse a los piratas del Caribe es bucaneer o posiblemente freebooter, mientras que el término filibustero se refiere a mercenarios aventureros angloamericanos del siglo XIX involucrados en acciones de colonización salvaje con intención de derrocar el gobierno en el lugar (la colonización de Texas, por ejemplo).

Véase también[editar]

Referencias[editar]

  1. «Saqueos, crueldad y democracia: el brutal fallo histórico de «Piratas del Caribe» con el código pirata». Diario ABC. 25 de septiembre de 2018. Consultado el 25 de mayo de 2024. 
  2. «Barbanegra, el pirata más temido del Caribe». historia.nationalgeographic.com.es. 22 de noviembre de 2019. Consultado el 25 de mayo de 2024. 
  3. Smith, Simon (5 de mayo de 996). «Piracy in early British America». History Today (en inglés) 46: 29. Consultado el 2 de agosto de 2018. 
  4. Campo-Flores/ Arian, “Yar, Mate! Swashbuckler Tours!,” Newsweek 180, no. 6 (2002): 58.
  5. «Estereotipo, figura y cliché. El pirata a través de los siglos. De Long John Silver a Jack Sparrow. María Fernández Rodríguez (2018)». 
  6. Moreau, Jean-Pierre (2009). Pirates au jour le jour (en francés). Édition Tallandier. ISBN 2847345035. 
  7. Cartwright, Mark. «Ten Notorious Dutch Pirates». World History Encyclopedia (en inglés). Consultado el 16 de mayo de 2024. 
  8. Una traducción de Alfred Guichon de Grandpont de 1845 está disponible en «Dissertation de Grotius sur la liberté des mers». Gallica (en francés). 1845. Consultado el 2 de agosto de 2018. 
  9. «Sir Henry Morgan (c1635-1688) Buccaneer». Government Art Collection (en inglés). Archivado desde el original el 12 de septiembre de 2008. Consultado el 2 de agsote de 2018. 
  10. «Piratas y corsarios, el saqueo del Caribe». historia.nationalgeographic.com.es. 30 de julio de 2023. Consultado el 31 de mayo de 2024. 
  11. «Sir Henry Morgan (c1635-1688) Buccaneer». Government Art Collection (en inglés). Archivado desde el original el 12 de septiembre de 2008. Consultado el 2 de agsote de 2018. 
  12. «1666 - Cronología de historia de Venezuela». bibliofep.fundacionempresaspolar.org. Consultado el 31 de mayo de 2024. 
  13. «Belice: un país donde los bosques aún pueden ser salvados | Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales». www.wrm.org.uy. Consultado el 1 de junio de 2024. 
  14. Huerta, ​Josué (21 de marzo de 2017). «Los crueles piratas que aterraron a México». México Desconocido. Consultado el 31 de mayo de 2024. 
  15. De Paz Sánchez, Manuel; García Pulido, Daniel (2015). El corsario de Dios. Documentos sobre Amaro Rodríguez Felipe (1678-1747). Documentos para la Historia de Canarias. Francisco Javier Macías Martín (ed.). Canarias: Archivo Histórico Provincial de Santa Cruz de Tenerife. ISBN 978-84-7947-637-3. Consultado el 8 de junio de 2016. 
  16. «“INFESTED WITH PIRATTS”: PIRACY AND THE ATLANTIC SLAVE TRADE. By Angela Sutton. Vanderbilt University, Nashville, Tennessee (2009)». 
  17. Ramseier, Mikhaïl W. (2006). La Voile noire : aventuriers des Caraïbes et de l’océan Indien (en francés). Lausanne: Favre. ISBN 2828909328. 
  18. Véase, Hazard, Paul (1968). La crise de la conscience européenne 1680-1715. París: Fayard. pp. 339-340. 
  19. Les manuscrits retrouvés dans de vieilles malles peuvent-ils encore être authentiques ? Le cas des Cahiers de Le Golif, dit Borgnefesse, capitaine de la flibuste (en francés). Consultado el 2 de agosto de 2018. 

Enlaces externos[editar]