En 1299 participó en la guerra de las Vísperas sicilianas, pero fue vencido en la batalla de Falconara, que terminó con su captura y posterior encierro hasta recobrar su libertad con la Paz de Caltabellota en 1302. En abril de 1304, Felipe envió representantes a Epiro para reclamar la herencia que le había prometido su fallecido suegro. No obstante, su viuda, Ana Paleólogo Cantacuceno, rehusó entregársela debido a que deseaba que su hijo, Tomás, la sucediera. Ante la negativa, los angevinos respondieron con la guerra y encomendaron a Felipe de Saboya, gobernante de Acaya, invadir el territorio, pero se retiró tras aceptar un soborno. Por esta acción, Carlos II lo depuso del Principado y se lo entregó a Felipe. Cuando la guerra se había tornado en su contra, tuvo que firmar la paz con su suegra en 1306, con lo que renunciaba a sus pretensiones de gobernar la totalidad de Epiro.
Este anexo muestra una cronología de los eventos más relevantes de la historia de las personas LGBT en la república de Costa Rica. La historia de las personas lesbianas, gais, bisexuales y transgénero (LGBT) en Costa Rica ha estado marcada por periodos de persecución en que sufrían abusos, discriminación y detenciones policiales y una posterior evolución hasta alcanzar la aceptación social con la que cuentan en la actualidad. Durante la primera mitad del siglo XX, los hombres homosexuales que eran detenidos ante acusaciones de «sodomía» solían pertenecer a las clases sociales bajas. Estos arrestos se justificaban en leyes costarricenses que criminalizaban las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo, como el artículo 233 del Código Penal de 1941, que imponía una pena de uno a tres años a la «sodomía».
El Alpamayo (nombre quechua: Shuyturahu) es un nevado de la cordillera de los Andes que alcanza una altitud de 5947 metros sobre el nivel del mar. Es uno de los picos más llamativos de la cordillera Blanca, en los Andes peruanos, y fue considerada «la montaña más hermosa del mundo» en un Concurso de Fotografía Escénica organizado por la revista Alpinismus en Múnich en mayo de 1966.
« No necesito tu muerte, sino tu amor y tu fidelidad; puedes recabar alta gloria sin difíciles sacrificios; ni vayas a suponer que te aconsejo esta conducta porque no la sigues: izo las velas aunque mi barca se ayude con el remo; [...] ».